Ciudad de México. En una de esas cosas que parecían, si no imposibles, si muy poco probables en tiempos de la 4T, diputados de todos los partidos –la oposición incluida- no pusieron objeción alguna y aprobaron por unanimidad una iniciativa presidencial: la que se refiere a la creación del Centro Nacional de Identificación Humana, un instrumento fundamental para la búsqueda de los más de 100 mil desaparecidos que, se sabe, hace años son buscados por sus familiares, amigos y organizaciones que, hasta ahora, los propios afectados se han dado a sí mismos.
La iniciativa enviada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador fue aprobada por 489 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones, tanto en lo general como en lo particular. Y reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas.
Si bien esperada, dado que la desaparición de personas afecta desde hace decenios a familias de todo estrato social en todo el territorio nacional, no significa ni siquiera una tregua entre el gobierno y sus adversarios y menos preludia que algo similar vaya a ocurrir con cuanta iniciativa se le ocurra al Primer mandatario enviar al Legislativo, menos si se trata de reformas constitucionales, como la electoral, anunciada con indudable aire de revancha contra el que aún hoy se llama Instituto Nacional Electoral (INE).