Así lo afirmó el gobernante mexicano durante la conferencia mañanera del viernes último en la que aclaró que la delegación estadunidense sólo planteó la necesidad de tener un grupo de trabajo conjunto que dé seguimiento a la iniciativa. Pero, dijo: “ellos plantearon eso y yo me quedé callado. No se aceptó”.
Luego del encuentro entre representantes de ambos gobiernos, John Kerry, enviado especial de la Casa Blanca para cuestiones ambientales, dijo a los medios que habían convenido en formar dicho grupo de trabajo para dar seguimiento al diseño final de la reforma eléctrica que, en breve, será analizada y debatida en la Cámara de Diputados.
“Este esquema de trabajo –dijo López Obrador- solo se permitía en tiempos de gobiernos sumisos y entreguistas; por el contrario, ahora solo se acepta comunicación con mensajes de ida y vuelta”. Y en ese sentido, dijo que su gobierno sólo aceptó hacer llegar a los estadunidenses una copia de la iniciativa de reforma eléctrica.
“A lo mejor ellos pensaban que eso iba a ser aceptado y alguien se adelantó a decir que nosotros íbamos a aceptar a un grupo, casi vigilar nuestra actuación. No, es que no aceptamos, es una decisión de nosotros. Tenemos una buena relación con el gobierno de EU, pero eso no podía aceptarse. Van a tener una copia del texto final”, remarcó.
Por lo que se refiere a los contratos firmados en el gobierno de Enrique Peña Nieto para generar electricidad a partir de fuentes alternativas, como el aire y la energía solar, el mandatario mexicano enfatizo que “no podemos suscribir nada que signifique corrupción, por ejemplo, los contratos de autoabasto, si la Corte los ha declarado ilegal, ¿cómo los vamos a aceptar?”, dijo.
Dijo también que de aprobarse la reforma eléctrica las empresas privadas podrán duplicar sus ganancias en menos de 20 años, ya que se estima un crecimiento de 4 por ciento anual en la demanda de sus servicios.
El documento respectivo, recordó, “demuestra que no se trata de una iniciativa estatista ni expropiatoria y lo único que se busca es rescatar, por seguridad nacional, a Pemex y a la CFE para mantener precios justos de los energéticos”.
En ese sentido, hizo notar que “el 46 por ciento del mercado eléctrico mexicano representa un volumen de generación superior al de todos los países de América Latina, con excepción de Brasil, y en ese porcentaje se incorpora toda la inversión en generación de las empresas privadas”.
Dijo también que “el crecimiento de la demanda estimada es de cuando menos 4 por ciento anual, lo que duplicaría los ingresos potenciales para el sector privado en menos de 20 años”.
Sostuvo que la política sobre generación de la electricidad de su gobierno “no apuesta a la contaminación, sino, al contrario, tiene en los hechos el propósito de contribuir a enfrentar de manera auténtica el problema del cambio climático. El presente gobierno tiene el compromiso de impulsar la transición energética a través de una política de desarrollo científico y tecnológico”.
La propuesta de reforma, agregó, implica un sistema mixto en materia de generación de energía eléctrica: la CFE generará 54 por ciento de la electricidad y el resto, el sector privado.
Pero, aclaró, quedarían excluidos quienes hayan generado electricidad a través de vehículos ilegales o no debidamente autorizados, de acuerdo con la sentencia de la Corte sobre el esquema de autoabasto así como a diversas observaciones de la Auditoría Superior de la Federación.
La embajada estadunidense, en tanto, informó que que en el encuentro con López Obrador los enviados de la vecina nación del norte, le reiteraron sus preocupaciones respecto a la propuesta de reforma eléctrica.
La representación de EU acentúo las posibles violaciones de las obligaciones fundamentales plasmadas en el T-MEC en las que incurrirá México de continuar con su proyecto.
“El secretario Kerry y el embajador Ken Salazar reiteraron las importantes preocupaciones que EU han planteado sobre los cambios en la política energética de México, tanto la enmienda constitucional propuesta como los cambios a la Ley de la Industria Eléctrica, incluida la posible violación de las obligaciones fundamentales del T-MEC, lo que pone en riesgo miles de millones de dólares de inversión potencial en México y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero”, explicó en un comunicado.
En tanto, el Presidente mexicano llamó a los legisladores del PRI a “rebelarse” en contra de su líder nacional, Alejandro Moreno, “Alito”, y en ese sentido, a votar “en libertad”, sobre la reforma eléctrica que ha propuesto, toda vez que la bancada de Morena y sus aliados no completan los votos necesarios para su aprobación.
La iniciativa presidencial requiere al menos de dos terceras partes de los votos del pleno para ser aprobada, toda vez que se trata de una reforma constitucional, lo que implica 332 votos. (Redactó: Rubén Vázquez Pérez, con información de Milenio)
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