El Presidente de la República vio con beneplácito, digamos, la “ocurrencia” del senador Bolaños. Y desde su postura maniquea, que sólo ve opositores, corruptos y neoliberales en quienes le critican y aliados y honestos en quienes nada le cuestionan, dijo que el presidente de la Corte, Zaldívar Lelo de Larrea, es un hombre íntegro y honesto, en quien confía para llevar a cabo la reforma del Poder Judicial.
Empero, el mandatario en ese tono de desenfado que le es tan propio cuando algún tema le aburre por repetitivo, soslayó el hecho de que, curiosamente, su propio mandato y el de Lelo de Larrea, terminarían prácticamente al mismo tiempo. Desde luego despertó suspicacias en el sentido de un presunto contubernio entre ambos para que, además de la reforma judicial, se emprendiera otra que, dicen los panistas, ahora si permitiría a Andrés Manuel permanecer en el poder, al menos, otro sexenio.
El hecho no pasaría de ser más que una rabieta, una pataleta sobre todo de la oposición panista si no fuera por las advertencias que sobre la decisión hicieron personajes de gran calado dentro de la 4T, como el diputado Porfirio Muñoz Ledo.
El legislador morenista acusó: se trata de “un albazo incitado en las entrañas de un grupo con intereses perversos al interior de nuestro movimiento los cuales, bajo la máscara de aduladores, pretenden engañar a quienes encabezan el Ejecutivo y Judicial. Se trata de un golpe de Estado prospectado por quienes desean hacerse de la totalidad del poder en 2024, orientado a sentar las bases de un régimen autoritario y la desaparición del sistema de división de poderes”, según nota de Fernando Damián en el diario Milenio.
Lo cierto es que como en otros temas, también en éste queda la sensación de que algo no está claro: bien a bien, no se sabe si el Presidente está actuando en busca de venganza. O si tiene una auténtica preocupación por reformar al Poder Judicial, dado el deterioro estructural que, según el Presidente, lo han hecho inoperante.
El fondo del discurso presidencial sobre el asunto Lelo de Larrea-reforma al Poder Judicial, es que en éste hay una instancia, el Consejo de la Judicatura, que no ha servido para nada; más precisamente, no ha servido para castigar a jueces, cuando sus decisiones nada tienen que ver con la justicia y se escudan en cambio, en la legalidad, para favorecer, dice el mandatario, al neoliberalismo.
Dice el Presidente que, además, en el Poder Judicial, y más precisamente, en el Consejo de la Judicatura, prevalece el nepotismo, una irregularidad al parecer muy extendida y de cuya existencia tenemos noticia, por ejemplo, cuando un juez es acusado por su pareja sentimental de incumplir con sus obligaciones. O cuando más de una esposa reclaman la herencia de otro juez fallecido.
Entonces nos enteramos que en la nómina del Poder Judicial hay esposas, hijos, cuñados, tíos, sobrinos o choferes de uno o más matrimonios de algún juez.
Pero ese tipo de abusos se conocen desde siempre y precisamente por eso extraña que en los dos primeros años del gobierno no se haya hecho nada y que ahora por “casualidad” hayan coincidido recientes resoluciones de juzgadores contra la 4T, con la crítica presidencial al Poder Judicial, sin que al mandatario mucho le importe si se piensa que es una venganza.
Hay que recordar que, apenas el juez Juan Pablo Gómez Fierro dictó su resolución para suspender la reforma a la ley de la industria eléctrica, fue inmediatamente acusado por López Obrador de estar sirviendo a los intereses de los corruptos neoliberales beneficiarios del peñanietismo; los más recientes amparos a usuarios de telefonía móvil contra el gobierno, no hicieron sino confirmar su animadversión contra el juez.
En resumidas cuentas: la 4T, al igual que sus predecesores, emprende un albazo; lo mismo que aquellos, no tiene empacho alguno en violar el texto constitucional. Y aunque el Presidente diga que no se parece a quienes antes gobernaron, también incurre en venganzas políticas.
¿Será que como dice Muñoz Ledo hay en la 4T un grupo de aduladores que lo engañan porque quieren hacerse de todo el poder en 2024 e imponer un régimen autoritario?
¿Será que como dice Muñoz Ledo hay en la 4T un grupo de aduladores que lo engañan porque quieren hacerse de todo el poder en 2024 e imponer un régimen autoritario?
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