Vázquez Atzin se sumó así a la lista criminal de 17 informadores asesinados en Veracruz en la última década. De 42 años, radicaba en el municipio de Gutiérrez Zamora, en el norte de Veracruz y trabajaba en la página de noticias Enlace; fue además corresponsal de los periódicos La Opinión de Poza Rica y Vanguardia.
Al reaccionar sobre el hecho, la senadora Dolores Padierna dijo que el crimen de Vázquez Atzin confirma la ola de impunidad que ha rebasado cualquier capacidad de indignación en los homicidios a periodistas. La organización Reporteros Sin Fronteras, dijo, apenas en diciembre pasado clasificó a México como uno de los países más peligrosos para los informadores.
Hizo notar que en menos de tres meses, en este 2018 suman tres los periodistas asesinados: José Gerardo Martínez Arriaga, editor de la agencia de noticias de El Universal, baleado en un asalto en Coyoacán, Carlos Domínguez Rodríguez, del diario de Nuevo Laredo, asesinado de 21 puñaladas, y ahora Vázquez Atzin, en Veracruz.
“Se trataba de un reportero comprometido con las causas sociales y crítico con autoridades locales. Y según Ana Laura Pérez, de la Comisión de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), Vázquez Atzin había recibido amenazas de muerte por parte de un alcalde del lugar y de un notario público de la zona”, dijo.
Su crimen confirma la peor etapa para el periodismo en Veracruz y en el país. Ninguno de los mecanismos creados para prevenir y proteger la vida de los informadores han sido suficientes para evitar esta espiral de violencia, añadió.
Padierna Luna consideró que este crimen y los otros homicidios de periodistas no se realizan por el efecto de la libertad de expresión, como recientemente opinó el escritor Mario Vargas Llosa.
Por el contrario, dijo, “se trata de un grave retroceso en la libertad de prensa y una larga noche que ha dejado a decenas de familias en luto por la forma tan siniestra de acallar a los críticos a través de la fórmula de matar. Una fórmula generalizada porque prevalece la impunidad”.
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