Es a ese tipo de organizaciones a las que servía el ahora ex ministro y, se supone, por sobre todas las cosas lo hacía para salvaguardar la integridad de los cómplices de los cárteles del narcotráfico, la trata de blancaas y el blanqueo de dinero, esto es, funcionarios públicos de alto nivel, de la administración del ex presidente Enrique Peña Nieto.
Son, como se ve, muy graves acusaciones. ¿Y el ex ministro decide hacerles frente sin el recurso del fuero? O sea, ¿Cómo cualquier mortal, como cualquier ciudadano? No parece lógico. Bueno, casi como cualquier mortal, toda vez de que dispone de los millonarios recursos mal habidos en bancos del Reino Unido, según investigaciones que autoridades de ese país revelaron.
Algo aún más grave y más delicado hallaron, sin duda, los investigadores de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP durante sus pesquisas y sin duda es algo que realmente le duele al ex ministro, hasta el punto de obligarle a renunciar a 10 años de impunidad; la otra hipótesis es que haya negociado algo, a cambio, quizás, de que no vaya a la cárcel; de que si va, no sea por mucho tiempo o de respetarle una parte del patrimonio -se supone que el obtenido honestamente, no el mal habido, sobre todo a partir de que uno a uno han caído personajes de la escandalosa corrupción del sexenio de Peña Nieto.
Según ha dicho el director de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaria de Hacienda, Santiago Nieto Castillo, la renuncia de Medina Mora a su condición de Ministro de la Suprema Corte, “es un acto personalísimo”; sin duda, pero que lo haya hecho es algo que simplemente no encuadra dentro de ninguna lógica. Es como si en un duelo a balazos, el contendiente Medina Mora se deshiciera de sus armas para enfrentar a su adversario. No tiene sentido.
Es probable que el ex ministro haya calibrado que ya no le quede mucha fuerza al aparato político gubernamental que lo protegió, que le ayudó a llegar al máximo tribunal y que no sería sino cuestión de tiempo que él también cayera pero, en este caso, directamente a prisión.
Como sea, el Senado aún tiene que decidir si se aprueba la renuncia del ex ministro. El Presidente ya lo hizo. Por salud pública, sería conveniente que Eduardo Medina Mora expusiera ante senadores el por qué de su renuncia.
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