Así, no hay sorpresa cuando algunos servidores públicos se toparon con acciones y decisiones ajenas a lo que marcan los cánones neoliberales aprendidos y sintieron que no podían encajar ahí. Más aún si a ello se suman los egos personales y las diferencias al interior del grupo en el poder, que no son menores y por supuesto tienen presencia real y afectan en diversos grados la marcha del cambio.
En este orden de ideas sigue vigente lo que en su momento Carlos Tello y Rolando Codera llamaron en su libro “La Disputa por la Nación”, que en coyunturas evidentemente diferentes se resume ahora en la continuidad de modelo neoliberal y algo que ahora suena caduco, pero relevante en su momento para ambos autores: “el proyecto nacionalista de desarrollo”.1
Sin confiar en lo que AMLO denomina “Economía Moral”, pues sería pensar en un capitalismo con rostro humano, cuando en el ADN del capitalismo predominan los genes que solo buscan el beneficio privado a costa del sacrificio de millones de trabajadores, Y esa esencia continua invariable.
En suma que sí, seguiremos enterándonos de renuncias y separaciones del gobierno en turno, afortunadamente ahora sin aducir motivos de salud u otras falacias, debemos verlas como parte de un proceso de segregación natural, producto de la intensidad con la que se viven los procesos de cambio al interior del equipo gobernante y los retos que deben afrontar, que no han sido de terciopelo. Las razones de fondo podrá ser su esencia neoliberal, su falta de oficio político e intolerancia a las presiones que de manera natural se sufre en estos cargos de representación o de gobierno, dentro de otras.
La otra cara de la moneda, acorde de nuevo a García Linera y que constituye en realidad otra fase del proceso de cambio, la caracteriza como: “…marcada por la presencia de contradicciones al interior del bloque nacional-popular, es decir, por tensiones entre los propios sectores que protagonizan el Proceso de Cambio, que se darán en torno a cómo llevarlo adelante…”
Esta otra etapa se ha venido dando en forma paralela a la antes descrita, de modo que a la franca confrontación con los opositores de todo tipo, se suman las diferencias al interior del grupo en el poder, que no son menores y creo que por el momento no pueden llamarse “creativas” como lo afirma para Bolivia el autor antes referido.
Finalmente la gran mayoría sigue fiel a los procesos de cambio que se vienen observando, aunque no necesariamente se vean reflejados en los bolsillos o con mejores climas de seguridad y disminución de la violencia. Hay confianza en el nuevo régimen y estimo habrá buenos resultados cuando los egos protagónicos no rebasen las capacidades intelectuales de quienes hoy tienen la enorme responsabilidad de gobierno.
1: Cordera, Rolando y Carlos Tello: 1981, México, la disputa por la nación: perspectivas y opciones del desarrollo, Ed. Siglo Veintiuno Editores, México.
i: García Linera, Álvaro: S/F, Las Tensiones Creativas de la Revolución, la Quinta Fase del Proceso de Cambio, Vicepresidencia del Estado Plurinacional, Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional, La Paz, Bolivia.
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