Al tricolor y al blanquiazul no sólo les fueron arrebatadas la Presidencia y la mayoría en el Congreso, sino también la de muchos de sus enclaves: Veracruz, en donde además, están cerca de perder la gubernatura; lo mismo sucedería en Puebla, mientras que la mayoría de diputados en Hidalgo, se pintó de guinda.
No sólo la coalición Juntos Haremos Historia sirvió de poco a López Obrador: las otras coaliciones, Todos por México y México al Frente, tampoco ayudaron mucho a José Antonio Meade, del PRI y Ricardo Anaya, del PAN, respectivamente:
Las cifras del PREP revelan que sólo una colección marginal de votos pudieron aportar los aliados en todas las coaliciones: el PT logró 10.9 por ciento del total de votos para Morena en la elección presidencial; el PES, 5.05 puntos porcentuales.
En tanto, el PVEM consiguió para Meade sólo 10.7 por ciento; mientras que Nueva Alianza logró sólo 6.5 puntos. Y el PRD obtuvo para Ricardo Anaya 12.59 unidades porcentuales, mientras que Movimiento Ciudadano apenas 7.8 por ciento.
En todos los casos los partidos minoritarios estarían en riesgo de no alcanzar siquiera la votación mínima para ellos mismos, esto es, para conservar su registro oficial ante la máxima autoridad electoral, el INE.
En Veracruz, en donde en las últimas elecciones se habían impuesto PAN y PRI, la gubernatura pasaría ahora a manos de Morena: allí Cuitláhuac García Jiménez, acumulaba el 43.8 por ciento de la votación para gobernador, cuando se habían capturado el 91 por ciento de las actas.
García Jiménez desplaza así las aspiraciones nepotistas de Miguel Ángel Yunes Linares, actual gobernador para el bienio 2016-2018, quien trataba de imponer a su vástago Miguel Ángel Yunes Márquez.
En Morelos, el ex futbolista Cuahtémoc Blanco, ex alcalde de Cuernavaca, acumulaba una ventaja de más del 50 por ciento de los votos en la lucha por conquistar el gobierno del Estado, actualmente en poder del perredista Graco Ramírez.
Luego del mediodía, con el 100 por ciento de las actas computadas, se confirmó el aplastante triunfo de Adán Augusto López Hernández, candidato de Morena, a la gubernatura de Tabasco, con el 61.47 por ciento de los votos emitidos.
Para la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, de Morena, se encaminaba a un triunfo similar al acumular 46 por ciento de la votación, unos 16 puntos por encima de Alejandra Barrales, y con más de 30 de ventaja sobre el priísta Mikel Andoni Arriola Peñalosa.
En el Estado de México, donde no sólo hubo elecciones para renovar el congreso local y en ayuntamientos, Morena se erigía en mayoría absoluta en el primer caso, mientras que conseguía 54 presidencias municipales, 48 de las cuales las obtuvo en coalición con el PT y el PES.
Allí el PRI consiguió 23 municipios y sólo un diputado contra 41 de las coalición Juntos Haremos Historia; allí el gobernador Alfredo del Mazo perdió el apoyo del tricolor con el que hace un año había conseguido una difícil victoria contra la morenista Delfina Gómez.
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