Es decir: los grandes consumidores de petróleo en el mundo sencillamente no están dispuestos a dejar de recibir el crudo mexicano, así se esté acabando, porque no ven a nuestro país sino como abastecedor y si se nos acaba, entonces nos asignarán el papel de importadores, de compradores, sin que mucho importe que buena parte de nuestro Producto Interno Bruto se destine a la adquisición del aceite y sus derivados.
Desde luego, menos no ven como refinadores. ¿Para qué, si ya nos venden cuantos derivados pueden obtenerse del crudo? Ni hablar de la cancelación de la esperanza para los mexicanos del futuro.
López Obrador ha dicho que ya no se exportará crudo, básicamente porque se está acabando y porque, así las cosas, es mejor preservar lo que queda de la riqueza petrolera para futuras generaciones; que, cuando mucho, la plataforma de producción se ampliará del millón 800 mil barriles diarios actuales, a los dos millones 500 mil barriles, suficientes, dijo, para satisfacer las necesidades del mercado nacional.
“Cuando aprobaron esa llamada Reforma Energética dijeron que para este año 2018 se iban a estar produciendo 3 millones de barriles diarios de petróleo. ¿Saben cuántos se están produciéndose en realidad? Un millón 800 mil”, dijo el Presidente electo apenas el pasado 14 del mes en curso, cuando llamó a sus paisanos a rescatar a la industria petrolera.
Dijo también que “de la Reforma Energética a la fecha se han dejado de producir un millón 200 mil barriles diarios y va en picada la producción petrolera. Si seguimos así vamos a llegar al colmo de que se va a tener que comprar petróleo crudo en el extranjero”.
También hizo notar que “la inversión extranjera directa que llegó en estos cuatro años al sector energético, es de alrededor de 60 mil millones de pesos -15 mil millones de pesos por año-, muy poco, prácticamente nada. Y al mismo tiempo, Pemex dejó de invertir en exploración, en perforación, en intervención de pozos y por eso se cayó la producción".
López Obrador ha mencionado que urge extraer petróleo; ha dicho que se reactivarán pozos y empresas que se han mantenido improductivos durante cuatro años debido precisamente a que la actual administración gubernamental dejó de invertir en la producción del crudo.
Pero toda esa actividad que se desarrollará a partir de Diciembre próximo con urgencia para extraer más petróleo, acotó, no será más para satisfacer las necesidades de un mercado internacional, tal cual hicieron las administraciones gubernamentales precedentes.
Lo que se advierte es el inicio de una confrontación del gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador contra naciones y corporaciones que contaban con el abastecimiento del petróleo mexicano; las primeras amenazas ya han sido lanzadas.
Desde luego que el tabasqueño tendrá que tejer una diplomacia muy fina para evitar una abierta ofensiva que deje a la Nación sin el financiamiento crediticio del extranjero; tendrá que demostrar que sus decisiones son correctas y aún convenientes al entorno internacional.
Y desde luego, tendrá que ser irreductible por lo que se refiere a medidas de austeridad, ahorro y eficiente administración del gasto.
Así, al menos, durante su primer año…
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