Ya no digamos en casos más complejos, como la posible invasión ilegal a una propiedad privada o ser acusado de cualquier delito, sin haberlo cometido, sin importar que primero está la presunción de inocencia, antes de sentenciar a cualquier individuo, sobre todo si el presunto acusado no cuenta con los suficientes recursos para tener una defensa legal eficaz y protectora de sus derechos.
En contraparte, se ha denunciado a jueces que alegando posibles violaciones al debido proceso, liberan a presuntos delincuentes de distinto rango de peligrosidad, simplemente por algún error de dedo, la falta de un acento o una equivocación en el número domiciliario donde se detuvo al presunto infractor de la ley, sólo por mencionar algunos ejemplos, incumpliéndose el papel fundamental de un juez de salvaguardar la seguridad, tranquilidad y paz en nuestra sociedad.
Sin descartar que haya sus honrosas excepciones, creo que me quedo corto al tratar de describir por qué es necesario llevar a cabo la renovación de nuestro cuerpo judicial, que en general, está podrido por dentro y no funciona para el fin concreto de impartir justicia en beneficio de la sociedad, al menos esa es la percepción generalizada de los mexicanos.
Insistiendo que hay honrosas excepciones, ahí están los jueces, magistrados y ministros que están en funciones todavía y se consideran con los suficientes méritos para ser votados por la ciudadanía, a la que ahora, a través de su voto, le toca juzgar si el impartidor de justicia que hoy se somete al sufragio merece permanecer un su puesto o aspirar a otro más alto dentro del Poder Judicial.
Tener la oportunidad de elegir a los juzgadores que al menos 12 años tendrán en sus manos el destino de la justicia en nuestro país, y no aprovecharlo será más que un fracaso de dicha elección, un desperdicio de nuestra sociedad porque simplemente estaríamos echando a la basura nuestro derecho de votar por un mejor Poder Judicial, en todas sus instancias.
En los medios de comunicación y plataformas de las redes sociales, ha sido intensa la campaña para informar cómo debemos de votar, sólo que yo encuentro un problema, poca información tenemos sobre aquellos que se someterán al sufragio.
Es cierto que en diversos espacios de la televisión y la radio, así como en las redes sociales, se han registrado infinidad de entrevistas a candidatos de los aspirantes a los diferentes puestos dentro del Poder Judicial, sin descartar el volanteo, pero el problema es que no han sido suficientes para difundir los nombres y los perfiles de los aspirantes, e incluso para aquellos que tratamos de informarnos y seguimos diversos espacios noticiosos, es difícil retener los nombres y los números que deberemos tomar en cuenta para emitir nuestro voto.
Porque en los espacios informativos no enseñan a elegir, por ejemplo, a cinco ministras y cuatro ministros, cuyos candidatos cuentan con un número que tendremos que llenar en los espacios que se dispusieron para ello, lo que no parece tan difícil, sino lo complicado, creo yo, es por quién se va a votar, ante la poca información que la mayoría de los ciudadanos tiene respecto a los aspirantes.
Es por ello, fundamental que los ciudadanes ingresen a los espacios del Instituto Nacional Electoral (INE) para obtener cuando menos una información esencial que le permita decidirse por cualesquiera de los candidatos. Hay espacios como los de la analista política Viri Ríos que se puede encontrar fácilmente en internet y da un semblante de candidatos a diversos puestos de elección dentro del Poder Judicial, esa podría ser una herramienta útil para aclarar nuestra decisión.
Nosotros como ciudadanos podemos entrar a la página del INE y conocer los nombres de los candidatos y buscar sus semblanzas en internet y conocer su trayectoria y propuestas, incluso muchos de ellos crearon su propia página informativa o participaron en infinidad de entrevistas en diversas plataformas en las redes sociales, insisto, para tener la mayor claridad posible sobre por quién votaremos.
Posiblemente uno de los defectos de esta primera elección de jueces, magistrados y ministros sea precisamente que las campañas no cumplieron con el propósito de difundir de manera suficiente y clara los nombres y los perfiles de todos ellos, pero hay que tomar en cuenta que es la primera vez que se realiza una elección de esta envergadura y que seguramente podrá irse mejorando en el futuro.
Pero ahora, en este momento que estamos prácticamente con la elección encima, pues nos tocará acudir a las urnas el próximo 1 de junio, es decir, el próximo domingo, no es sólo responsabilidad de las autoridades difundir y lograr la mayor participación posible, sino también toca a la ciudadanía asumir su compromiso y en la medida de lo posible buscar información de los candidatos para emitir su voto de la mejor manera posible.
La oposición de la 4T y esa comentocracia contraria a este proyecto social que hoy encabeza la presidenta Claudia Sheinbaum, le apuesta a la poca participación ciudadana, es decir, lo que ellos enarbolan como un posible fracaso, por ello la importancia de participar, porque de este esfuerzo democrático dependerá de quienes tendrán en sus manos la impartición de justicia en los próximos años; de este ejercicio de participación ciudadana dependerá si mejoramos o, como lo dicen las aves de mal agüero, empeoramos el Poder Judicial que hasta ahora funcionaba más como un negocio presto al dinero y la corrupción, que como una verdadera balanza que se inclinara a favor de la justicia y de las causas sociales.
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