Reconoció los recientes acercamientos de la administración estadounidense con Venezuela, país que registra un considerable incremento de migración, de acuerdo con datos de septiembre de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por siglas en inglés).
“Celebramos que ya hay pláticas, hay diálogo con Venezuela y el gobierno de Estados Unidos. Lo mismo queremos para el caso de Cuba y estamos también proponiendo que haya cooperación económica para el desarrollo, atender a la gente en sus comunidades de origen para que no se vean obligados a emigrar”, afirmó.
Ante representantes de medios de comunicación, cuestionó el apoyo armamentista de Estados Unidos a conflictos en el mundo, en lugar de financiar proyectos orientados a la paz y al desarrollo entre naciones.
“No es posible que estén destinando tanto dinero para las armas, para alimentar, mantener guerras y que no se invierta atendiendo las causas que originan la migración; se ha avanzado, sin duda, con el presidente Biden, pero falta y se necesita una definición clara, no el zigzagueo. (…) Que se actúe con humanismo, que haya una definición de que se está a favor de la justicia”, indicó.
“Ya es tiempo de cambiar esas políticas anacrónicas, de sometimiento, de injerencismo, de no respetar la soberanía de los pueblos”, añadió.
Sobre su reunión con la presidenta de Honduras, Xiomara Castro Sarmiento; los presidentes de Colombia, Gustavo Petro Urrego; de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; de Venezuela, Nicolás Maduro Moros y el primer ministro de la República de Haití, Ariel Henry, indicó que hay coincidencias en la atención al fenómeno migratorio de manera conjunta y desde sus causas.
“Fue muy bueno el encuentro y vamos a seguir invitando a Nicaragua y tenemos que invitar a todos; esto va más allá de banderías políticas, de posturas ideológicas, esto es un asunto humanitario. Es muy grave lo que está pasando y tenemos que buscar opciones, alternativas, atendiendo las causas, hacer a un lado las medidas coercitivas, eso no sirve, los muros, la militarización de la frontera, esto que hace el gobernador de Texas, de poner alambradas en el río”, puntualizó.
El jefe del Ejecutivo enfatizó los riesgos que conlleva el paso de miles de migrantes por la región del Darién, ubicado entre los límites de Colombia y Panamá, debido a la selva y el control de las mafias.
“Aunque hay diferencias políticas, en lo del Darién y en estas mafias que controlan la migración, estos traficantes de personas, coinciden (mandatarios) en que nos tenemos que poner de acuerdo también para enfrentar estas mafias, pero hay coincidencias. Ahí no interesa qué posturas políticas se tienen, si se es cercano al gobierno de Estado o no, este es un asunto humanitario. (…) Hay disposición de todos para ayudar y le vamos a dar continuidad; ya estamos trabajando en eso”, remarcó. (Boletín)
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