Claramente, la desatención en problemas como la inseguridad y el incesante conteo de muertes violentas, incluso víctimas militares; el aún muy deficiente sistema de salud pública –con mega farmacia incluida-; la muy apresurada puesta en operación de la aerolínea Mexicana de Aviación y su insuficiencia de aeronaves y la lenta consolidación del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, entre otros.
Todos esos son temas que a sus adversarios han servido mediáticamente para torpedear su gestión presidencial. Y, a partir de ahí, arreciar la campaña de descalificación y descrédito que, sin importar que se haga con mentiras, tiene el propósito de atizar el encono y el resentimiento y negar la obra presidencial de un plumazo.
Si uno pregunta a “odiadores” del Presidente, acerca del por qué de su rechazo a éste, se va a encontrar una constante: nada le creen, así de simple. Y aunque carecen de argumentos para sustentar su rechazo, sencillamente no le creen, incluso si la obra y los resultados del presidente, están a la vista y son verificables.
Esto no es sino un éxito de la propaganda goebbelista desplegada en los últimos años por las neonazis incrustados en la oposición, quienes han llegado al extremo de resucitar cadáveres como el fantasma del anticomunismo macartista, el cual han comenzado a usar, atizando las enfebrecidas mentes de lo más retrógrada del fanatismo conservador de derecha, léase sinarquismo, Muro, etcétera.
Con todo, en el inicio de las campañas presidenciales –y desde semanas antes-, la brecha entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, parece insalvable para la panista.
Pero el que la alianza opositora la haya sostenido a pesar de las desfavorables encuestas y su falta de oferta política, parece confirmar que se trata de una estrategia deliberada: Gálvez perderá la Presidencia de la República porque no tiene forma de ganar, no tiene el apoyo de sus dirigencias, pero al menos distraerá la atención de Morena y aliados. ¿Para qué?: para que el PAN y aliados empanizados concentren su atención en la CDMX y le ganen a Clara Brugada.
Ahí está la advertencia presidencial, no es tan casual.
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