Desde el gobierno de Calderón y hasta el final de Peña Nieto, Pardinas participó en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), politólogo y periodista, trabajó en CNN y fue articulista de El Norte de Monterrey y de Reforma. Es un personaje ligado a la derecha y a grupos empresariales conservadores.
Como todo conservador quiere pasar por hombre decente, pero El Universal le exhibió evidente conflicto de intereses al ser proveedor de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) y haber participado en la designación de integrantes del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción.
Las diferencias político-ideológicos entre la izquierda y la derecha son naturales y es una batalla que se ha dado a lo largo de la historia de las naciones y México no es la excepción. Hay que precisar que tras la caída del muro de Berlin, ser de izquierda no necesariamente es ser socialista o comunista, sino socialdemócrata, nacionalista democrático o progresista.
La derecha (PRI y PAN alternándose) gobernó 36 años impulsando el neoliberalismo y fracasó en su intento de llevar a México a ser país de primer mundo para lo cual se dio todo el impulso al sector privado provocando miseria en el 70 por ciento de los mexicanos que ahora quiere atender el presidente López Obrador, quien se ha definido como antineoliberal y promotor de la Cuarta Transformación del país, al entenderse que la Primera Transformación fue la Independencia; la Segunda, La Reforma, y la Tercera la Revolución Mexicana. López Obrador toma como ejemplo la forma de gobernar de Franklyn D. Roosvelt para su modelo mexicano de bienestar.
Así las cosas, es natural que ahora los reclamos contra el gobierno sean de grupos de la derecha, de sectores conservadores que fueron privilegiados, que tuvieron influencias en los anteriores gobiernos. La izquierda no tiene otra que organizarse para defender lo que tanto sacrificio y vidas humanas ha costado, así haya llegado por la vía electoral.
“Ahora el gobierno somos todos, el pueblo, las comunidades deben actuar sin tutelas, sin corruptelas, toda la confianza al pueblo, por eso es el choque ahora. Abajo hay una gran reserva de valores morales, espirituales”, sostiene el presidente López Obrador al manifestar su desconfianza a la política tradicional y considerar que el cambio de régimen no debe verse como grave problema sino como un debate muy bueno.
Estas batallas se están librando ahora en Argentina, Venezuela, Uruguay, Paraguay, Nicaragua; se han dado volteretas en Brasil, Bolivia, Ecuador, Honduras Guatemala y Chile.
Para el historiador y analista Lorenzo Meyer, la polarización es inevitable. Cualquier cambio de sistema va a encontrar la resistencia de todos los que se beneficiaron en el anterior régimen, y entre quienes piensan que no se está haciendo lo que ellos han querido. El cambio de sistema es lo más difícil. Este no es un cambio de sexenio. Aquí lo único que no debemos tentar es la violencia.
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También se ha tornado en conflicto la supresión de subvenciones a medios de comunicación convencionales y a periodistas. El presidente López Obrador decidió reducir en 50% las pautas de publicidad oficial, a la que estaban acostumbrados los dueños de los medios de comunicación, durante décadas, un jugoso y cómodo subsidio que los ha salvado de sus propias ineficiencias, como empresas que no han sido capaces de diseñar un modelo de negocios que les permita ser independientes, al generar ingresos propios, suficientes y legítimos.
El 17 de abril se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Política de Comunicación Social del Gobierno Federal “sustentada en la eficacia y la austeridad”.
A manera de contraste, en 2018 en su último año Peña Nieto gastó 7 mil 849 millones 593 mil 241 pesos.en publicidad. Al presidente Andrés Manuel López Obrador la Cámara de Diputados autorizó 4 mil 347 millones 472 mil 648 pesos para comunicación social en 2019. Un 44.61% menos que el último año de su antecesor.
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Y qué bueno que los periodistas y académicos Denise Dresser y Sergio Aguayo con Carmen Aristeguí dan muestras de civilidad y cordura ante fuertes agarrones que han tenido con activistas del lopezobradorismo en los medios de comunicación y las redes sociales.
Primero Carmen Aristegui abrió espacio a Epigmenio Ibarra y reconoció el trabajo de John Ackerman. En las últimas semanas se suscitaron controversias y ataques entre colaboradores de Aristegui, Denise Dresser y Sergio Aguayo con activistas del lopezobradorismo en redes sociales.
John Ackerman afirmó que son inaceptables los ataques al periodismo independiente y libre de Carmen (Aristegui), similar al que realiza Jorge Ramos.
Al comienzo de esta semana en el programa de Aristegui noticias, Sergio Aguayo comentó que es cada vez más difícil un dialogo entre gobierno y periodistas, académicos porque de manera burda se descalifican mutuamente.
Sergio Aguayo y Denise Dresser se han quejado porque los seguidores de López Obrador los tildan de haberse convertido en fifís. “Hemos caído en enojo cuando nos acusamos injustificadamente”, reconoció Aguayo, al tiempo de solicitar hacer a un lado las descalificaciones. “Tenemos demasiados problemas y graves como para no dar oportunidad a escucharnos”, consideró Sergio Aguayo.
Denise planteó que el debate se centre en las ideas y que no se les descalifique por ser críticos al gobierno. “No es posible discutir racionalmente ni evaluar debidamente los proyectos. Discrepo de López Obrador y señalo defectos en espera de que sean corregidos”, comentó y se quejó de que no merece ser linchada por las redes sociales.
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La viuda de Arnoldo Martínez Verdugo, Martha Recaséns,, informó que este domingo 24 de mayo estaba programada la ceremonia de traslado e inhumación de los restos del ex líder del Partido Comunista Mexicano, en su séptimo aniversario luctuoso, y se pospone hasta que las autoridades de salud den por concluida la contingencia del Covid 19.
Recordó Martha Recaséns que el 22 de noviembre de 2019 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto Presidencial en el que se declaró Personas Ilustres a los comunistas Arnoldo Martínez Verdugo y Valentín Campa Salazar y se ordenó el traslado de sus restos a la Rotonda de las Personas Ilustres en el Panteón de Dolores de la Ciudad de México.
Ese mismo mes de noviembre de 2019 el Congreso del Estado de Sinaloa honró la memoria de Arnoldo Martínez Vedugo al inscribir su nombre en el muro de honor del recinto parlamentario.
Arnoldo Martínez Verdugo fue el primero de siete hijos de Silvina Verdugo e Isaac Martínez. Nació el 12 de enero de 1925, en Pericos, municipio de Mocorito, Sinaloa. Su madre perteneció a una familia campesina de luchadores agraristas y su padre fue empleado de una de las haciendas del Valle de Pericos. En 1943 se traslada a la Ciudad de México donde trabaja en la fábrica de papel San Rafael y se integra al Comité Ejecutivo de la sección cuarta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria del Papel.
En esos años estudia pintura en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”. En ese ambiente conoce y establecer relación política con Diego Rivera, Frida Kalho, José Chávez Morado, entre otros.
Se hace ayudante de Miguel Covarrubias en la realización de dos murales del hotel del Prado. En 1946 se adhiere al Partido Comunista Mexicano (PCM) en el que ocupa diversos cargos antes de llegar a la secretaria general del Comité Central del PCM de 1963 a 1981. También fue candidato presidencial y el coordinador parlamentario de la Coalición de Izquierda en la LI legislatura.
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