Ciudad de México. El agua es el bien más preciado, el recurso más importante que hay debido a que cubre muchas de nuestras necesidades básicas; sin embargo, su escasez ha hecho que desde diciembre de 2020 cotice ya en el mercado de futuros, aseveró el académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, Darío Ibarra Zavala.
Explicó que ello significa que el recurso hídrico es ya un commodity más. Es decir, así como hay mercado de futuros para naranja, carbón, petróleo, gas natural, oro y plata, “dentro de esta canasta sólo agreguemos el agua, porque se trata de un bien cada vez más escaso”.
El economista universitario resaltó que conforme sea más evidente la falta de este líquido, la ciudadanía pagará cada vez más por este servicio; lo que implica que estaríamos cubriendo el precio real de su extracción.
Dijo que debido a la mengua cada vez mayor del agua y una creciente demanda de ésta, “en adición al cambio climático que también afecta su disponibilidad, muchos buscan desde ahora fijar su precio”.
Ciudad de México. El Gobierno de México informó que, como parte del programa de Vivienda para el Bienestar, inició la construcción de las primeras 186 mil viviendas contempladas para este año, como parte de la nueva meta sexenal de un millón 100 mil que se edificarán a lo largo del sexenio, y que se sumarán a los un millón 550 mil créditos para mejoramiento de vivienda y un millón de escrituras, en beneficio de 13.1 millones de mexicanos.
Aseguró que con la construcción de viviendas se garantiza un derecho establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y se fortalece al sector de la construcción, el cual es uno de los que más impulsan a la economía: se prevé generar en los próximos seis años 9.6 millones de empleos directos y de 14.4 millones de indirectos, como parte del Plan México.
“Son un millón 100 mil viviendas para los que menos tienen. Eso es una visión completamente distinta, como acceso a un derecho que hoy está en la Constitución. Segundo, la construcción es uno de los sectores que más impulsa la economía. Entonces, al desarrollar este programa, pues evidentemente se impulsa el empleo; al impulsarse el empleo y todo lo que está asociado a la construcción de una vivienda, genera desarrollo económico porque no solo es crecimiento, es desarrollo económico con bienestar. Entonces, sí es muy importante este programa para impulsar la economía”, destacó en la conferencia matutina: “Las mañaneras del pueblo”.
Alberto Carbot
El escritor Mario Vargas Llosa falleció este domingo 13 de abril en Lima, a los 89 años. Su familia informó que, conforme a su voluntad, no habrá ceremonias públicas y sus restos serán incinerados. Con él desaparece no sólo uno de los pilares del llamado Boom latinoamericano, sino una de las voces más lúcidas, provocadoras y prolíficas de la literatura en lengua española del último siglo. Autor de novelas fundamentales como La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral o La fiesta del Chivo, Vargas Llosa fue también un ensayista formidable, un polemista incansable y un intelectual que, a diferencia de otros, no se replegó nunca en la comodidad del canon. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 2010 por haber trazado —como definió la Academia Sueca— “una cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, su rebelión y su derrota”.
Hace dos años, cuando Vargas Llosa anunció su retiro de El País, escribí un texto que hoy, ante su partida definitiva, vuelve a cobrar sentido y emoción. Lo escribí entonces con la intención de rendir homenaje a su legado intelectual y literario, y también para contar una anécdota personal que me marcó profundamente: un encuentro casi consumado con él en Managua, hace cuatro décadas, frustrado por la logística de un vuelo y la precariedad con la que los periodistas trabajábamos en aquellas coberturas internacionales. Aquel desayuno prometido y no realizado se convirtió en una escena que aún conservo como emblema de una oportunidad que no fue, pero que, como tantas en la vida de los reporteros, ha sabido transformarse en inspiración. Su muerte cierra un ciclo. Su obra, en cambio, seguirá abriéndolos.
En la semana que termina, la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció el reconocimiento a 150 mil mujeres campesinas de sus derechos agrarios, lo que las hará dueñas de sus tierras ya sea como ejidatarias o comuneras; también dio a conocer un proyecto crediticio por 500 mdp para beneficiar la comercialización de artesanías. Y en este último acto dijo que así la Cuarta Transformación recupera el orgullo de lo que representa México: su historia, su dignidad y la resistencia de sus pueblos y comunidades. Los presidentes neoliberales, apuntó, “no estaban orgullosos de su pueblo ni de su historia, ni de su cultura: nunca admiraron a México, siempre vieron el ejemplo fuera de México”.