Ninguna se acordó que poblaciones enteras sobre todo en el norte del país han sufrido la pérdida de sus acuíferos y la contaminación del vital líquido que les queda, como consecuencia del uso intensivo de ésta para fracturar la dura roca; tampoco recordaron los sueldos de miseria que pagan ni la ruina en que dejan a grandes extensiones de tierras de cultivo.
Un comunicado del Senado da cuenta, en cambio, que tras haberse sumado como voluntario en la Cruz Roja y realizar una visita de Estado al presidente Enrique Peña Nieto, el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau arribó al Senado de la República el pasado Viernes 13 para formalizar la despedida de los cuerpos de rescate y ayuda que su gobierno envió a México, con motivo del terremoto del 19 de Septiembre último.
A 25 días de éste, dice el comunicado, la Cámara de Senadores recibió a este joven líder de Norteamérica, hijo del ex Primer Ministro Pierre Trudeau, considerado el refundador del Canadá moderno.
Justin Trudeau ingresó al recinto senatorial por la escalinata principal. El presidente de la Mesa Directiva, Ernesto Cordero Arroyo, recibió al mandatario en el Patio del Federalismo para la toma de la fotografía oficial y la entonación de los himnos nacionales, a cargo de la Banda de Música de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Flaquearon a Justin Trudeau y a Ernesto Cordero Arroyo la presidenta de la Junta de Coordinación Política, Ana Lilia Herrera Anzaldo; el presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín; los secretarios de Relaciones Exteriores y de Economía, Luis Videgaray Caso e Idelfonso Guajardo Villarreal; la Ministra de Asuntos Internacionales de Canadá, Christine St-Pierre; los embajadores de ambas naciones y los coordinadores parlamentarios del PRI, PAN, PT, PRD y PVEM.
El líder canadiense plasmó su firma y mensaje en el Libro de Visitantes Distinguidos: “La relación de amistad entre Canadá y México está anclada en la verdad, el respeto y los valores compartidos”, escribió.
Alrededor de las 10:07 de la mañana, las comitivas canadiense y mexicana ingresaron al Salón del Pleno del Senado de la República.
La Sesión Solemne se reanudó, el senador Ernesto Cordero Arroyo le dio la bienvenida al “amigo, vecino y colega”, y agradeció, “con todo el corazón”, la ayuda brindada por el pueblo canadiense tras los terremotos ocurridos en México en el mes de septiembre:
“Su solidaridad y mensajes de aliento ante la pérdida de vidas humanas y materiales fortalece nuestro espíritu y nos reafirma en la convicción de que somos pueblos hermanos”, expresó el Presidente del Senado mexicano.
Tras los aplausos que generó el reconocimiento, Cordero Arroyo destacó que en lo económico esta relación bilateral empezó hace más de 70 años, con el programa de trabajadores agrícolas temporales y se consolidó con la firma y entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio para América del Norte:
“Ni México ni Canadá son el problema de Estados Unidos ni de ningún otro país; juntos, los tres países, somos la solución”, afirmó.
Ya en tribuna, un Justin Trudeau, firme y solidario, dijo que si México y Canadá no fueran vecinos “seguiríamos siendo socios y amigos, y esto significa mucho más de lo que pueda significar la geografía”.
El premier destacó la fortaleza de los mexicanos, quienes se recuperan de dos sismos y un huracán. Recordó que México apoyó a Canadá cuando se enfrentó a las catástrofes provocadas por los incendios forestales. “Ahora estaremos con ustedes, mientras trabajan para recuperarse”, expresó.
Estas palabras le valieron el aplauso unánime de senadores, funcionarios públicos y asistentes al Salón de Sesiones del Senado de la República, reconocimiento que se repetiría en tres ocasiones más.
Dijo que en tiempos “inciertos e imprevisibles” las naciones que conforman Norteamérica deben inspirarse en las elocuentes palabras del presidente de México, Benito Juárez: “Entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Y, ya no lo dice el comunicado, pero el ambiente que siguió fue de sonrisas, besos en las mejillas, como de tertulia, como de fiesta o reunión social, muy propio, desde luego, para la foto, ésa que habrán de llevarse –senadoras y reporteras-a la posteridad… de sus banalidades.
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